“Monstruo: la historia de Ed Gein”, el horror real detrás del nuevo estreno de Netflix

La plataforma estrenó una nueva temporada de la antología creada por Ryan Murphy, centrada en uno de los criminales más perturbadores de la historia. Con una estética sombría y actuaciones impactantes, la serie reconstruye la mente del hombre que inspiró a los monstruos más icónicos del cine de terror.

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Netflix acaba de sumar a su catálogo Monstruo: la historia de Ed Gein, la tercera entrega de la saga creada por Ryan Murphy e Ian Brennan, que ya había explorado el caso de Jeffrey Dahmer. En esta ocasión, la ficción se adentra en la vida de Edward Theodore Gein, el granjero de Wisconsin que conmocionó a Estados Unidos en los años cincuenta y cuya historia inspiró a personajes como Norman Bates (Psicosis), Leatherface (The Texas Chain Saw Massacre) y Buffalo Bill (El silencio de los inocentes).

Interpretado por Charlie Hunnam, Gein aparece aquí no solo como un asesino, sino como un hombre profundamente marcado por el fanatismo religioso y la figura opresiva de su madre, Augusta, interpretada magistralmente por Laurie Metcalf. La serie muestra cómo esa relación enfermiza, dominada por la culpa, el miedo y la represión, se convierte en el origen de su descenso hacia la locura.

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La ficción reconstruye con detalle la atmósfera rural y asfixiante de la posguerra estadounidense, donde la fe y la soledad se mezclan con los primeros signos de un trastorno que desembocaría en uno de los casos policiales más escalofriantes del siglo XX. En 1957, tras años de aislamiento, Gein fue detenido cuando la policía descubrió en su granja restos humanos, objetos confeccionados con piel y huesos, y el cuerpo mutilado de una de sus víctimas.

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A diferencia de otros relatos basados en asesinos reales, Monstruo evita el morbo y apuesta por una mirada psicológica y estética. La violencia está sugerida más que mostrada, y el verdadero foco está puesto en la mente de Gein: un hombre incapaz de distinguir entre devoción y delirio. El relato se construye como un estudio sobre la culpa, la represión sexual y la desintegración mental.

La serie también juega con elementos ficcionales para expandir su universo narrativo. Entre ellos, la aparición de Alfred Hitchcock y su esposa Alma Reville como observadores del caso, insinuando cómo la historia de Gein inspiró a Psicosis. Aunque ese encuentro nunca ocurrió, funciona como una metáfora del modo en que el horror real alimentó la imaginación del cine. También se introduce el personaje de Adeline Watkins, una mujer inexistente en la vida real, creada para explorar la imposibilidad de Ed de establecer vínculos afectivos fuera del dominio materno.

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Con una ambientación impecable y un ritmo tenso, Monstruo: la historia de Ed Gein confirma la fórmula de Murphy: combinar rigor histórico, atmósfera cinematográfica y reflexión sobre la fascinación colectiva por el mal. El resultado es un retrato inquietante, a medio camino entre el biopic y el drama psicológico, que obliga al espectador a preguntarse hasta dónde puede llegar la obsesión y qué sucede cuando el monstruo nace dentro del hogar.

Por: María Lorena Belotti

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