“Pro Bono”: la serie coreana que combina justicia, poder y dilemas morales en Netflix

La industria audiovisual de Corea del Sur continúa consolidando su lugar de privilegio en el streaming global y Netflix vuelve a apostar por una producción que no pasa desapercibida. Pro Bono es una serie que se inscribe dentro del género judicial, pero logra ir más allá del clásico enfrentamiento entre abogados para ofrecer un retrato social crudo, atravesado por la desigualdad, la corrupción y la búsqueda de justicia en un contexto donde el poder económico suele inclinar la balanza.

La trama gira en torno a un abogado brillante que, tras haber trabajado para influyentes estudios jurídicos y defendido intereses corporativos, decide dar un giro radical en su carrera y dedicarse a casos pro bono, es decir, a la defensa gratuita de personas sin recursos. Esta decisión, lejos de presentarse como un acto heroico lineal, abre un camino lleno de contradicciones, tensiones internas y consecuencias inesperadas.

A lo largo de los episodios, la serie expone cómo el sistema legal puede convertirse tanto en una herramienta de justicia como en un mecanismo de opresión. Cada caso funciona como un espejo de problemáticas sociales contemporáneas: trabajadores explotados, víctimas de abusos empresariales, comunidades vulnerables enfrentadas a gigantes económicos. En ese recorrido, Pro Bono construye un relato que interpela al espectador y lo invita a preguntarse hasta qué punto la ley es realmente igual para todos.

Uno de los mayores aciertos de la producción es el desarrollo de sus personajes. El protagonista no es un idealista puro, sino un hombre marcado por su pasado, por la ambición y por una ética que se va redefiniendo con cada caso. A su alrededor, un elenco sólido da vida a fiscales, jueces y colegas que representan distintas miradas sobre el derecho, el éxito y la responsabilidad social.

En términos estéticos, la serie mantiene el sello de calidad del drama coreano: una puesta en escena sobria, una narrativa cuidada y un ritmo que alterna momentos de tensión judicial con instancias más introspectivas. La dirección apuesta por el impacto emocional sin caer en golpes bajos, apoyándose en actuaciones contenidas pero contundentes.

Pro Bono no solo se suma a la lista de producciones coreanas exitosas en Netflix, sino que refuerza una tendencia clara: el interés por historias que, desde el entretenimiento, plantean debates profundos sobre la sociedad contemporánea. Con una mirada crítica y humanista, la serie logra que cada episodio deje una pregunta abierta, recordando que la justicia no siempre se define en los tribunales, sino también en las decisiones personales.

Así, Pro Bono se presenta como una propuesta ideal para quienes buscan una ficción intensa, comprometida y con contenido social, confirmando una vez más la capacidad del audiovisual coreano para trascender fronteras y resonar a nivel global.         Por: María Lorena Belotti