Por Osorio.Soy – para Late 931.

La Bombonera vivió una noche de esas que marcan. No solo por la eliminación de Boca a manos de Independiente en los cuartos de final del Torneo Apertura. También por lo que se dijo, por lo que se escuchó y por lo que explotó.

Con un 1-0 que definió la serie a favor del equipo de Avellaneda, y el pase a semis el clásico dejó varias postales: un Xeneize dominante en la primera parte, un Rojo más claro y contundente en el segundo tiempo y un marco cargado de tensión en el club de la ribera.

Mariano Herrón, técnico interino de Boca Juniors, habló con serenidad y respeto, pero sin ocultar la herida:

“No cumplí el objetivo que había planteado el club. Hay un dolor muy grande en el vestuario. Independiente es un equipo en funcionamiento”, reconoció. La frase fue tan honesta como ilustrativa: Boca fue, quiso, pero no logró concretar.

Las tribunas no perdonaron. El canto fue directo contra la dirigencia: “¡La comisión, la comisión se va a la puta que los parió!”, se escuchó fuerte desde las populares, reflejando el malestar no solo por el resultado, sino por una acumulación de frustraciones recientes. Eliminación con Alianza Lima por Libertadores, derrota en el superclasico. Sin entrenador en fin.

Del otro lado, Julio Vaccari se mostró conforme y seguro. Su análisis tuvo un tono diferente, respaldado por el resultado:

“Este Independiente es un equipo desde hace mucho”, afirmó. Y sobre una de las figuras de la noche, no dudó:

“Lo de Kevin Lomonaco es jerarquía pura”. El defensor luchó, se impuso y terminó siendo clave en la definición.

El gol de la pantera negra de Ángulo, a los 20 del complemento, fue suficiente para remontar la imagen y para marcar la diferencia del Rojo. Y aunque Boca llenó el área de centros, buscó con Cavani y el español Herrera, y falto de ritmo forzó hasta el final, el empate nunca llegó.

El clima caliente en las tribunas con la Comisión Directiva, la tensión institucional para Riquelme y las declaraciones de ambos técnicos reflejan el momento de cada club.

Mientras Independiente se fortalece como grupo y avanza a semifinales para enfrentar a Huracán en el Libertadores de América, mientras que Boca deberá replantear su presente, su banco y su futuro inmediato: el Mundial de Clubes en junio es la única vidriera que le queda. La vigilia del próximo semestre y a reventar o morir par ingresar a la Libertadores del 2026