Maria Becerra y Paulo Londra lanzan "Ramen para dos"

La artista publica el single "Ramen para dos", una colaboración con Paulo Londra que combina R&B y trap, la canción surgió a partir de una improvisación en un vivo de Instagram y fue impulsada a pedido del público
Maria Becerra presenta "Ramen para dos", su nuevo single, en una colaboración que marca un momento clave para la música argentina: por primera vez, se une con Paulo Londra.
El resultado es una balada que navega entre el R&B y el trap, con una lírica directa, cruda y profundamente emocional.
La canción nació de forma espontánea durante un vivo de Instagram, donde Maria comenzó a componer en tiempo real junto a sus seguidores.
"Sigo pidiendo ramen para dos, pongo audios viejos para escuchar tu voz. Desde el día en que te fuiste, yo no sé por qué mierda no volviste...", canta Maria en uno de los versos, retratando la obsesión por un amor que ya no está, o quizás nunca estuvo.
"Muy feliz de que se haya dado esta colaboración, la gente la venía pidiendo hace mucho. Con Paulo nos debíamos este cruce en el estudio, veníamos compartiéndonos canciones pero no encontrábamos el momento justo. Así que que se dé en esta canción, donde desde el primer momento la gente captó la esencia, está buenísimo", comentó Maria.
"Me acuerdo que estaba en casa y Martina, mi novia, me mostró lo que estaba pasando con la canción en las redes. Cuando la escuché sentí que estaba re buena y que tenía que sumarme. Con Maria ya veníamos compartiendo música, pero no se daba el momento... y con este tema se dio esa conexión que estábamos esperando. Me puso muy contento que la gente lo pidiera así, con tantas ganas, y re agradecido con Mari por invitarme a ser parte."dijo Paulo.
El videoclip, dirigido por Diego Peskins y producido por Virgen Films, amplifica esta narrativa desde una estética caótica y melancólica.
La protagonista transita su rutina como si estuviera acompañada por alguien que la ghostea constantemente.
La presencia de Paulo le da profundidad a la historia y deja en claro que él no es el antagonista, sino una parte más de un vínculo distorsionado por el recuerdo, la ilusión y la falta de respuestas.