Yoga: una práctica para toda los momentos de la vida

Existen muchos prejuicios sobre ella y los estilos; y aún hay personas que creen que una clase consiste en sentarse en posición de Buda con ojos cerrados y piernas cruzadas hasta que el instructor o guía permita modificar la posición y regresar a las actividades cotidianasste. Este pensamiento está muy alejado de la realidad, dado que las clases son tan variadas como las ramas de esta maravillosa filosofía y cómo así también, la impronta de cada profesor.
"Teniendo en cuenta mis años de alumna y mi formación constante me atrevo a confesar que mi forma de facilitar una práctica es totalmente única y amorosa adaptada a la persona que tengo frente a mí. Acompaño a personas que se acercan por primera vez al conocer que están embarazadas y es un momento excelente para conectarse con la magia de la respiración", sostiene María Celeste Palma, profesora de yoga.
La práctica durante la gestación favorece el fortalecimiento de los músculos de la pelvis y el abdomen, previniendo diastasis y dolores lumbares propios de los cambios del cuerpo.
Esta práctica colabora con la sensación de fatiga y cansancio, permite una conexión con el bebé y brinda herramientas al momento del parto.
En el puerperio favorece en la restauración del organismo colaborando a nivel emocional y físico.
Es además, una práctica dinámica y de intensidad prometedora que flexibiliza y tonifica en simultáneo. Es conocida como Yoga Flow o Vinyasa Flow y se caracteriza por el enlace de posturas a partir de la respiración dándole tranquilidad a la mente al llevar la atención al movimiento del cuerpo.
En la edad adulta la práctica constante facilita el descanso y el desempeño de la vida cotidiana. El cuerpo se mantiene ágil y fuerte, la columna flexible y se percibe un estado de equilibrio.
El yoga se puede practicar en cualquier etapa de la vida, en cualquier momento y en cualquiera de sus estilos. "Siempre sostengo en mis clases que la disciplina se adapta al alumno, toda postura se ajusta y se acerca a cada cuerpo", expresó la profesora.
A nivel espiritual y mental la disciplina facilita la consciencia sobre nuestro cuerpo, el estar presentes y volvernos cada vez más amorosos con nuestros procesos. Cambia el cuerpo y la mente en simultaneo,conectando con la realidad de una manera más presente.
Por: Loli Belotti