Hablar, el privilegio de nuestra especie
La gran mayoría de las especies que habitan en el planeta se comunican de alguna forma, pero ninguna tiene algo que se asemeje al lenguaje de los humanos ya sea escrita, oral, con señas, con silbidos o en cualquier de sus formas.
La fisionomía y estructura del aparato fonador humano ha permitido desarrollar un lenguaje oral, que se ha desarrollado gradualmente como una especialización innata para codificar información cada vez más compleja (por ejemplo, quién hizo qué a quién, cuándo, dónde y por qué), señala el estudio de la revista Trends in cognitive science.
Hace miles de años los primeros hombres que salían a explorar en busca de comida, animales o árboles frutales, por ejemplo, tenían que poder regresar a la tribu o comunidad para comunicar dónde estaba el alimento, como no existía el lenguaje hablado, para poder expresarse se emitían sonidos sin palabras, que hacían posible la comunicación, el estado emocional eufórico, preocupado, enojado o miedo ayudaba a transmitir lo que habían visto. Luego entonces los primeros humanos comenzaron a hablar para explotar el entorno, consumir diferentes alimentos y comunicar sus preocupaciones, planes, experiencias y sentimientos.
Así mismo junto con la evolución del hombre la voz ha desempeñado un papel importante, particularmente en la capacidad para detectar los estados de ánimo y generar confianza. Desde el inicio de nuestra especie, la comunicación vocal ha sido fundamental para la supervivencia y la cohesión social. La capacidad de los seres humanos para comunicarse verbalmente ha permitido compartir información sobre recursos y peligros, así como para formar y mantener relaciones sociales complejas.
A medida que evolucionamos, el cerebro se adaptó para procesar y distinguir una amplia gama de tonos y modulaciones de voz. Los estudios han demostrado que el cerebro humano es particularmente sensible a las variaciones de tono en la voz, y que puede detectar fácilmente cambios sutiles en la entonación y la inflexión vocal para ayuda a tener información de si la persona es confiable o no llegando al instinto primitivo de correr o encarar. Además, la voz humana tiene una gran capacidad para transmitir emociones y estados de ánimo, lo que permite percibir la intención y el estado emocional de los demás.
Esto se debe a que la voz es una herramienta emocional muy poderosa, y puede transmitir una gran cantidad de información sobre el estado emocional y la personalidad del hablante. Por ejemplo, un tono de voz bajo y suave puede transmitir calma y seguridad, mientras que un tono más agudo y fuerte puede indicar una sensación de excitación o peligro. De hecho, algunos estudios han demostrado que podemos identificar el estado de ánimo de una persona con una precisión del 70% a través de la voz sola.
La capacidad de detectar y comunicar estados de ánimo y emociones a través de la voz ha sido fundamental para la construcción de relaciones sociales y la formación de comunidades. La voz también ha sido una herramienta clave en la construcción de confianza en los demás. Al escuchar la voz de alguien, se puede formar una impresión sobre su personalidad y sus intenciones, y esto puede ser fundamental para establecer una relación de confianza.
En resumen, la voz ha sido una herramienta vital en la evolución del ser humano, permitiendo comunicar información, compartir emociones y establecer relaciones sociales y de confianza fundamental para la supervivencia y evolución como especie.
Por Nora Carreón